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Monday, November 26, 2007

Adiós a Norman Mailer


A los 86 años de edad, murió el sábado 10 de noviembre Norman Mailer. Meses atrás, en abril, el día 11 falleció Kurt Vonnegut. Con la partida de estos dos grandes escritores norteamericanos asistimos al final de toda una época. Tiempo en que ejercer la escritura implicaba asumir una postura política. No sólo asumirla, sino defenderla. Toda escritura refleja una moral, reza el adagio. Para beneficio del mundo, la moral de estos dos titanes duró más de siete décadas.

Ambos autores tienen demasiados puntos en común. Se obsesionaron con el tema de la guerra. Vonnegut impulsado por su participación en la Segunda Guerra Mundial y Mailer porque ocupó Japón después del triunfo de los aliados. Aunque distinta, su colaboración se inspiraba en el impacto que la guerra causaba en la sociedad. Además, los dos se distinguieron por su compromiso puntual con la humanidad. Vonnegut, izquierdista declarado, defensor de las clases proletarias y miembro honorario del Partido Humanista. Mailer, el activista político, el crítico más feroz que ha tenido la política norteamericana los últimos cincuenta años. Un hombre incansable siempre dispuesto al combate. El oponente eterno.

En Vonnegut existe una estadística curiosa, nació un día 11 (noviembre, 1922) y muere un 11 también. Fue una figura pasiva, su tendencia antiestrellitis lo mantuvo detrás de los reflectores. Sí, militante, denunciador, pero con una existencia modesta. Es aquí donde deja de tener coincidencias con Mailer (Nueva York, 1923). Norman, como los auténticos intelectuales, aquellos que con sus opiniones tienen injerencia directa sobre la sociedad, sabía que para ser un personaje capital todoterreno debía asaltar con éxito el turbulento ruedo de los medios de comunicación. Su primer paso fue transformarse en un enfat terrible. Su primera novela, Los desnudos y los muertos (1948), lo convirtió en una celebridad de manera instantánea. Sin embargo, no era suficiente. A pesar de su inigualable estilo, nada lo diferenciaba de otros escritores. Por tal motivo, para ser el centro de atención mediática, necesitaba adoptar una personalidad como la de Jean Genet. Y eso fue lo que hizo.

Cuando Genet se manifestaba en la Convención Democrática, en Chicago, en 1968, Mailer, a veinte años de su primera relato bélico, finalizaba Los ejércitos de la noche, novela contra la guerra de Vietnam. Obra con la que ganó su primer premio Pulitzer y el National Book Award en 1969. Durante las dos décadas que separan a un libro de otro, Mailer practicó el periodismo, se interesó por el cine, protagonizó escándalos debido a su afición al alcohol y a la mariguana, apuñaló a su segunda esposa. Mientras Genet era reprendido violentamente por la policía en la Convención Democrática, Mailer estaba a unos pasos de ser, sí, un enfat terrible, sólo que uno con poder. Después de eso nada lo detendría, llegaría incluso a postularse como alcalde para Nueva York. Norman Mailer, junto a Noam Chomsky era el referente obligado para emitir un juicio sobre los acontecimientos ocurridos en su país.

Cuando nació la contracultura, Mailer tenía más de cuarenta años. No fue un protagonista directo del fenómeno. Sin embargo la brecha generacional no era tan fuerte entre Norman y el movimiento. Gran parte de las ideas que alimentaban la concepción de las nuevas ideas propuestas por el hippismo tenían origen en Mailer. El blanco negro, libro en que describe con entusiasmo y sentido crítico a la generación beat era ejemplo de ello. Sus comentarios sobre la obra de Jack Kerouac y su consumo de mariguana prefiguraron la cultura masiva de las drogas. Por lo que Norman, más que un decano, era un padre de la contracultura. Un padre terrible, implacable, que incluso se manifestó en contra de su hijo y rechazó la cultura del ácido y el rock & roll. A tal grado descalificó la facilidad con que el lsd desvelaba misterios en la mente, que después de veinte años renunció a la mariguana y dejó que con su adicción muriera una época. Pero por otra parte reconoció el talento de escritores que se apoyaban en la psicodelia para configurar sus relatos. Era lector de Hunter S. Thompson y aceptó que Fear & Lothing in Las Vegas es uno de los grandes libros de la literatura norteamericana.

Mailer fue un opositor de la política exterior que ponía en práctica los Estados Unidos. El primer blanco trascendente de sus críticas fue Richard Nixon. Con el paso de los años y las sucesiones presidenciales, rectificaría y emitiría una opinión que en su momento no fue entendida, pero que ahora a nadie sorpende: George W. Bush es peor que Nixon. El gran malestar que sentía Mailer en contra de Nixon era que había mandado a su país a una guerra. Norman tenía ya la experiencia de la guerra y esta era de traición, de engaño. El pueblo no había estado en la Segunda Guerra Mundial para luego tener una guerra fría. Un sentimiento parecido es el que vivimos en México, no nos metimos a la democracia para tener 50 millones de mexicanos en la pobreza.

Si buscamos en Hispanoamérica una figura equiparable a la de Mailer no la encontraremos. Tal vez Fernando Vallejo sea uno de los pocos que se acerque a esa categoría. Su libro más reciente, La puta de Babilonia, trata sobre los abusos históricos cometidos por la iglesia. Si pensamos que por tratar un tema religioso el texto es obsoleto, estaremos equivocados. Siempre es bueno tener presente los crímenes que ha cometido los clérigos. Bastará revisar los hechos de cualquier ciudad de provincia, Monterrey, Ciudad Juárez, Torreón, o donde haya gobernado el PAN, para darnos cuenta de la cantidad de dinero del erario publico que se destina a erigir monumentos religiosos, o las miles de historia de censura.

El libro de Vallejo es oportuno, se presenta en un momento en que la iglesia ha cambiado de mando, hoy más que nunca le interesa recuperar su relación con el estado. Hay un dato curioso, la sucesión presidencial en México casi coincide con la sucesión papal. Entonces, Juan Pablo Segundo retrasó la iglesia veinte años, se pronostica que el filonazista Ratzinger la va a retrasar otros veinte años o más. En México, Vicente Fox retrasó la vida veinte años. Con Calderón nos esperan otros veinte años. ¿En qué me baso para decir que Fox retrasó a México? Un presidente que se compromete a solucionar conflictos como el zapatista y al terminar su mandato no lo cumple, retrasa al país. Calderón prometió un México democrático, pero hoy más que nunca la diferencia de clases sociales es más evidente ¿Qué relación tiene lo anterior con Mailer? Con la partida de Norman, sin sus opiniones, sin duda quienes serán los más afectados serán las clases menos privilegiadas del mundo. La posición de Mailer, aunque no gozara de injerencia en México, nos permitía reflexionar sobre nuestra propia política.

Norman pertenecía a una especie única de escritor. La de los escritores que tuvieron una vida conflictiva y, sin embargo, alcanzaron la longevidad, como Bukowski, Ginsberg y Burroughs. Nadie imagina que un hombre de 80 años fuera el oponente más inteligente y calificado de George W. Bush. Lamentablemente eso no fue suficiente para evitar la reelección de Bush. Gracias a eso tenemos el Muro de la Frontera. Esperemos las próximas elecciones. Si como se pronostica ganará Hillary, se podrá negociar la ley inmigrante.

El estilo narrativo maileriano tuvo su origen en el box, deporte al que Mailer admiraba. También fue aficionado al jazz. Su segundo Pulitzer se lo otorgaron pro La canción del verdugo. Una obra fundamental, monumental, de alcances dostoyevskianos, tanto por la extensión como por la temática. Es la historia de Gary, un condenado a la silla eléctrica. Relato que junto a Sangre fría de Truman Capote los sitúa como los dos grandes de la literatura periodística. Otras de sus obras importantes son Los tipos duros no bailan y El parque de los ciervos. Por el conjunto de los títulos mencionados Mailer alguna vez fue mencionado como candidato al Nobel. Contrario a eso, se suma a la larga lista de autores que murieron sin nunca recibirlo. El Nobel cada día más se parece al Grammy latino, y por lo políticamente incorrecto de Mailer no se lo otorgaron.

A una semana de la muerte de Mailer el panorama luce desolador. Se acercan las próximas elecciones en Estados Unidos y uno de los críticos antiBush no está. Una mejor relación entre México y Estados Unidos en materia fronteriza depende del resultado de esas elecciones. A una semana de que Mailer se fuera no se ha sentido su pérdida de manera radical pero en poco el tiempo el mundo comenzará a experimentar un terrible síndrome de abstinencia por la muerte de Norman Mailer.

1 Comments:

Blogger Chuy Beto 1971-? said...

Coincido contigo acerca de Kurt V pero tus ataques al pan te hacen perder objetividad

1:40 PM

 

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