la opinión musical de Litoscar

Friday, August 31, 2007

Hacer de mi vida un paseo público



El 21 de agosto Caetano Veloso se presentó en Zacatecas. El concierto programado para realizarse en la Plaza de Armas para 5 mil personas se llevó a cabo en el teatro” Ramón López Velarde” ante poco más de 500 asistentes debido a la amenaza de lluvia.
El periódico La Jornada de Zacatecas del 21 de agosto afirmaba que ese día la ciudad se inundaría de los sonidos de la música carioca. Un grave error, pues el término carioca designa a los nativos de Río de Janeiro y, aunque Caetano nació en Bahía, ha radicado gran parte de su existencia en Sao Paulo, lo que lo convierte en un paulista. Esta imprecisión, que contiene cierto dejo de provincialismo, y que el espectáculo fuera gratis sugería, que se nos ofrecería un concierto complaciente, digerible y light. Las últimas presentaciones en vivo que teníamos en mente los asistentes eran aquellas de los dvds Prenda Minha y Live in Bahía, donde Caetano se presentaba con una plantilla de músicos que rebasaba los 12 integrantes y daba un repaso a su discografía desde la samba y la balda acompañado sólo por su guitarra acústica.Nada más erróneo. La presentación formaba parte de la gira de promoción de su disco Ce. Un concepto que retoma temas de su catalogo y los actualiza desde otro formato, además de que también incluye nuevo material. Aunque está anunciado en Ce, debido a que se presentaría ante una audiencia nueva para él, no dio concesiones, Caetano salió al escenario con una banda compacta, con una base en el powertrio: bajo, batería y guitarra. Desde el principio sonaron explosivos. Con una guitarra filosa, anclada por completo en el efecto, con un predominio del wha wha y el feedback, manipulada por el excelente Pedro Zá.Uno de los rasgos destacables es que en contraposición con los 65 años de Caetano, ninguno de sus músicos rebasaba los 35 años. Sin un escenografía ostentosa, sólo con un juego de luces efectivo y utilizado con creatividad, la banda demostró que lo importante era la música y subieron a darlo todo, a dejarlo todo, sin falsos artificios, sin decorados. Al frente del trío que, obvio, guardaba cierta correspondencia con Cream y The Experience, Caetano se acompañaba de su guitarra electroacúsitica y cantaba con una fuerza que incluso su voz alcanzaba a ponerse por encima de la banda. Nada más difícil, pues por momentos la distorsión de la guitarra eléctrica ponía nervioso al público y lo desconcertaba. Por momentos la atmosfera se relajaba, pues la samba se hacía presente entre lo sonidos de la banda y la gente bailaba, pero sólo para volver con una nueva carga de riffs escandalosos. A pesar de la edad de Caetano, repito el combat rock, sus ideas políticas, el electrorock, el jazz fusion y el dancerock hacían que en conjunto con los juegos de luces uno se preguntara si en el escenario estaba tocando la banda del bahiano o The Rapture. Siempre vanguardista, el concierto tiraba a la progresión, a medio camino entre unas estructuras a la King Krimson y el gusto por el noise. Un repaso largo a los sonidos que han dominado la escena guitarrística de los últimos años, desde Sonic Youth hasta Mars Volta.Otro de los aspectos desafiantes es que durante las más de dos horas que duró el concierto, Caetano no interpretó sus great hits, por el contrario, casi todas eran canciones, aunque significativas, no las clásicas. Aunque posee repertorio para un concierto de ocho horas, 21 temas fueron el saldo de la noche y, como dice una canción del Ballano, hizo de su estancia en Zacatecas un paseo público por el que desfilamos todos.

2 Comments:

Anonymous Anonymous said...

gracias por la invitacion

10:30 AM

 
Blogger rogelio garza said...

orax, se ve que estuvo chipotudo.
acá nos lanzamos a Black Sabbath en el Auditorio Nacional y estuvo de no mamar, la correspondiente reseña ya está en el Zig-Zag...

saludoxxx!

3:58 PM

 

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