The Strokes
The Strokes
First impressions of earth
RCA-BMG Sony, 2006
En este punto puedo decir que The Strokes han sido las prostitutas más feroces de la más belicosa de todas las putas: el pop. Al principio de su carrera, con un excitante y prometedor debut Is this it (2001) se situaron como la banda que recuperaba la intención primaria del rock, estrujante y desaliñada de acuerdo con el desencanto existencial de la época. Sus atuendos, en instancia inicial no pretendían establecer un look, recordemos que el look es el principio básico de lo cool, que fue lo que profetizó el crítico Lester Bangs, que el rock se convertiría en la industria de lo cool. Se vestían de manera estrafalaria puesto que no podían hacerlo de otra manera, sinceramente, eran los miembros más intelectualizados de la white trash. El look devino en el fashion. A los Stokes les usurparon su identidad, con su ascenso al tedio televisivo fueron tomados como referencia para la moda que debía seguir la juventud.
Is this it represento el intento más original desde la era grunge por dotar al rock otra vez de su crudeza, su honestidad y la restarle la falsa seguridad que otorga la condición rockstar. Y no exagero al afirmar que el stroke style me parece más grotesco que el glam de David Bowie, en sus años de Ziggy Stardust, puesto que lo volvía único, mientras que los Strokes cada vez más parecen clones.
Después de tan portentoso despegue vino la crisis de su peor disco: Room of fire (2003). Todo segundo trabajo es la prueba de fuego. Ahí se aprecia si la obra de una banda va a resistir el paso del tiempo. Y The Strokes no lo conseguirán. No cuentan con las herramientas para hacerlo. Un ejemplo de esto es el grupo Placebo. Oigan su primer trabajo y después adviertan el crecimiento en el siguiente. Room of fire es un disco inentendible y que predice algo que también sucede en el tercero, sí, hay elementos que nos indican que se trata de un buen grupo, pero el álbum se torna monótono, poco disfrutable, insufrible, indefinido, sin alma Y está es la característica definitoria de la obra Stroke: es un grupo sin definirse.
Su tercer y esperadísimo disco, First impressions of earth (2006) resulta un trabajo contradictorio con aquel lejano concepto estético de la banda. Si antes profesaban que aborrecían el pop, aquí gritan que lo adoran. Por qué este nuevo material no cumple las expectativas? Por estar sobreproducido, diseñado para recuperar el nivel de ventas alcanzado en el debut, 1 millon de copias vendidas, y en el que habita una preocupación desmesurada por la imagen. En resumen un disco planeado en la exageración. Y que cada día que transcurre la banda recibe una popularidad inmerecida y wanna be, otorgada por los medios y su insistencia por repetir una mentira 1000 veces hasta convertirla en verdad. Existen grupos que merecen la misma atención y son más constanes, congruentes y superiores, como Sonic Youth y Wilco.
Como conclusión del paso de los Strokes por la tierra puedo advertir que son un grupo de garage que despedía un hedor auténtico, pero que la fama los asaltó de manera accidentada, gratuita e instantánea, luego pasó a producir un segundo disco intragable y un tercer fracaso que a pesar de estar maquilladísimo a la sexta canción ya aburre y que simplemente la banda no sabe lo que quiere.