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Tuesday, September 25, 2007

Nueva época de Tierra Adentro



En el 2008 la revista Tierra Adentro cumplirá la mayoría de edad. Pronto podrá ingresar a los bares y obtendrá su credencial para votar. Como un anticipo de lo bueno que vendrá: estrena director. El nuevo frontman es Fernando Fernández. El número 147, correspondiente a agosto-septiembre, presenta un apartado dedicado a José Emilio Pacheco. Es el primero realizado estrictamente por un equipo conformado por Rodrigo Castillo, Mónica Nepote y Josué Ramírez, entre otros.

Se pasa revista a varios aspectos de su quehacer literario, como poeta, narrador, periodista, etc. También se convocó a veinticinco autores nacidos entre 1976 y 1985, a escribir un poema a partir de “Alta traición” de Pacheco, de los cuales se eligieron ocho. El resultado del experimento es interesante, una mirada ácida y el desencanto generacional unifica a los poemas. Lejos de remasterizaciones de un original, sólo Pacheco podría ejercer ese derecho, además de la calidad sobresale la lectura que hacen los invitados del autor. Aunque la poesía comprometida no goza de popularidad en la actualidad, es digno puntualizar que tal vez sólo Pacheco sea el único en producir con tanta fuerza esa visión comparativa de la realidad del país en los poetas jóvenes actuales.

Una de las características que define a esta nueva administración es la eficacia con que han involucrado a una mayor cantidad de autores. Sabemos lo difícil que era antes entablar un diálogo funcional con TA si no radicabas en el D.F. Nunca respondían los mails, si te publicaban no recibías información sobre el número en que aparecerías, o algo que se tenía programado para un mes aparecía seis después.

Hoy afortunadamente a TA le interesa revisar todas las propuestas. Hay una dedicación real por establecer contacto con los autores relevantes de la provincia. En especial, gracias a la figura de Rodrigo Castillo, joven poeta y jefe de redacción. Su trabajo constante ha sido fructífero para su corto tiempo frente al cargo. Se ha preocupado por alimentar la condición de vanguardia que poseía la revista en sus primeros años por tal motivo se le realizó una entrevista para que sus propias palabras muestren un panorama más amplio del presente de TA.

P. ¿En qué consiste esta nueva era de Tierra Adentro?

R. Principalmente en pasar revista, como lo es Tierra Adentro, de los acontecimientos culturales actuales del país, dando siempre importancia a las voces más jóvenes, es decir a los autores emergentes de toda la República Mexicana, pero no por ello dejar a un lado a los autores que hoy tienen una consistencia dentro de las letras mexicanas actuales. De hecho hemos preparado una sección de colaboración especial bimestral para invitar a uno de estos autores bimestralmente.
Qué quiero decir con autores: me refiero a ensayistas, narradores, poetas, teatreros, pero también damos cabida a artistas plásticos para que detonen las páginas de los encartes o separatas con obra ya no tan… ¿cómo decirlo?, dentro de la estética de hace 5 o 10 años, sino con obra actual, cosas que en verdad prendan al visitante de las páginas de Tierra Adentro. Resalta también el hecho de que la revista no será más monotemática, al contrario, como toda buena revista, Tierra Adentro tendrá un eje vertical que guíe su contenido, pero no más hacia temáticas de flojera como el desierto, o las muestras de poesía como “siete poetas de san Juan de la tolvanera” y “seis defeños”, que ha todo lector duerme. Es darle la vuelta, aunque tiene sus complicaciones. Esta nueva era de Tierra Adentro va surcando, está poniendo realmente a chambear al consejo editorial que la compone, el cual, por cierto, se reúne cada mes para definir los números, es decir, la revista trabaja bien, llegamos a acuerdos entre todos y queda una revista bien definida.

P. ¿Cuáles de los antiguos vicios de TA ha erradicado esta nueva administración?

R. No puedo responder con exactitud a esta pregunta. ¿A qué nos referimos con vicios? Pienso de inmediato en asuntos administrativos, trabas. Sin embargo, puedo tomar la pregunta desde este ángulo: ¿qué está haciendo la nueva administración de TA para evitar caer en centralismos, que puede leerse como un vicio? Desde luego hacer de la revista una revista: todos sabemos que, para que una revista funcione, necesita de un equipo editorial, desde la jefatura de redacción, de producción, pasando por la dirección editorial, cosa, por ejemplo, que con las administraciones pasadas no se contaba. Quizá éste es un defecto de las administraciones pasadas, no haber tenido un equipo que se coordinara en una sola oficina. Por un lado la dirección andaba en Colima, y el “freelanceo” gobernaba; además antes había directores editoriales huéspedes, lo cual pienso no era del todo una garantía; no quiero decir que haya malos números, al contrario, el número del Alcohol dirigido por David Huerta me gusta mucho, sino que no existía un equipo editorial concentrado en un solo lugar donde pudieran tomarse en cuenta las opiniones de todos con el mismo peso y rigor. Para evitar el centralismo, nos hemos puesto en contacto con todas las instituciones de cultura de los estados, les hemos enviado cartas invitándolos a ser partícipes y hemos obtenido respuesta; otra de las tareas diarias es el rastreo de jóvenes emergentes en todo el país. Me encantaría poder mostrarte la cantidad de manuscritos que me llegan a la redacción para ser publicados. Una de las armas contra el centralismo, podrás darte cuenta en el primer número oficial de la nueva era, es la aparición de jóvenes del interior de la república que participan de manera radical en el número 147: gente de Oaxaca, Torreón, Puebla, Guadalajara, Saltillo, Tijuana, Mazatlán, Tlaxcala, Sinaloa, Chiapas, Hidalgo, Veracruz, teniendo entre ellos a narradores, poetas, ensayistas, artistas plásticos, fotógrafos, etc. Es decir, hemos dado, como el Programa Cultural Tierra Adentro lo requiere, una diversidad de colaboradores nacidos en distintas zonas geográficas del país, y continuaremos, lo podrás constatar en los siguientes números.

P. ¿Es cierto que la producción editorial regresa a sus orígenes y no publicará autores capitalinos ni a autores de provincia que radiquen en el D. F.?

R. No. el Programa Cultural Tierra Adentro es un programa incluyente que no puede andar entre las ramas sólo publicando a autores no nacidos en el DF. Gran parte del Programa Cultural Tierra Adentro está dirigido a los autores no nacidos en la ciudad de México, y este es nuestro propósito: dar publicación a aquellos autores y artistas multidisciplinarios del interior de la república antes que a la producción escritural y artística defeña, pero no por ello cerramos las puertas a los autores nacidos en la capital. Siempre surgirán dudas y habrá polémica ante esta disyuntiva. Sin embargo el equipo de Tierra Adentro sabe del compromiso con el programa.
Resultaría difícil saber con seguridad qué autor nacido en el interior de la República Mexicana radica en el DF, me refiero a su circunstancia real: hay autores que viven en la ciudad de México un semestre; hay otros que de plano han vivido en el DF desde el primer año de edad; o el caso contrario: gente que nació en el DF pero ha vivido 30 años en Mérida, o en Baja California. Es por ello que el programa siempre será incluyente. Es luchar contra un territorio gigante.

P. Los números 145 y 146 estaban planeados desde antes de que ustedes asumieran la dirección. El número 147, un homenaje a José Emilio Pacheco, de manera oficial es el primero estrictamente hecho por ustedes. ¿En qué se diferencia de los anteriores?

R. De entrada en que ya no es un número totalmente monotemático; si bien es cierto que nos llevamos 39 páginas de la revista revisando críticamente a José Emilio Pacheco, las páginas restantes las dedicamos a otros temas, a otras circunstancias culturales del país; los encartes van de fotografía, hay cuentos, un par de ensayos sobre los 150 años de Las Flores del mal de Baudelaire; un ensayo sobre el joven teatro mexicano, hay aforismos, hay una revisión de Ulises Torrentera sobre Lowry y el mezcal; hay una entrevista al ganador del premio Binacional de Novela Joven, es decir: hay diversidad, cosas para todos los lectores. Y, este es asunto de observación: la portada no es la típica de “agárrate la pintura de Juanito; ésa está buena”. No. Ahora hay un trabajo en la portada que diferencia lo que nadie antes se había atrevido a hacerle a una revista institucional. Esta es una parte importante porque estamos corriendo riesgos, queremos realmente hacer época y hemos arrancado bien. No te creas, nos hemos dado nuestros buenos “encerrones” discutiendo los contenidos, peleando por defender la frase de la cuarta de forros.

P. Mencionabas que uno de los aspectos que eliminaron como carácter de selección fue los famosos recuentos, como por ejemplo 10 poetas de Oaxaca, etc. ¿Cómo es ahora el contacto con los autores? ¿Cómo rastrean a aquellos autores relevantes dentro de la provincia?

R. Es cierto, hemos eliminado las famosas “muestras de poesía del norte y del sur”, o “5 jóvenes poetas de Xochimilco”, es decir, no hay un aparato crítico que sostenga estos muestreos, por eso decidimos quitarlos, no por otra cosa. Sería caer de nuevo en grupúsculos, centros de atención en donde no debería haberlos; se crea de nuevo esta máscara que no permite tener una visión de lo que realmente acontece en un estado. Además de lo inútil que resulta un ejercicio de esta magnitud: coordinar un ejercicio sin sustento teórico: nomás agárrate a la chamacada que va al taller de no sé quién, y con eso, basta. Es muy aburrido. Hemos preferido mostrar el trabajo individualmente, me parece que de esta manera pesa más. Referente al contacto con los autores, hemos puesto en marcha distintas mecánicas para acceder a ellos: desde la tradicional llamada telefónica de “oye, quién está rudo por allá o por acá”, hasta el empleo de cartas que se han enviado a los diferentes institutos de cultura de los estados; otra forma de contacto es por medio del consejo editorial: cada consejero sabe del trabajo de algún chavo, éste lo propone y nosotros nos ponemos en contacto con el. Ahora, Tierra Adentro está también radio, en el grupo Imer, es una extensión de la revista, nosotros le llamamos una extensión de la versión impresa, y se transmite todos los días viernes de 9 a 10 de la noche en la estación Horizonte; ahí también pedimos que se pongan en contacto con nosotros. Tenemos el correo electrónico de radio que es producciontierra@gmail.com, al cual la banda puede mandar su material sonoro, y aportar y estar en contacto con el Programa Cultural Tierra Adentro, una buena opción para escuchar las imágenes sonoras de la literatura.

P. La revista es bimestral, casi alcanza las cien páginas, contiene mucha información, imagino que es difícil, por los tiempos editoriales, pero la mayoría de las revistas de interés general cuentan con versión electrónica, ¿por qué TA ha decidido quedarse sólo en la versión impresa?

R. Es cierto que TA tiene una foliación aproximada de 88, 96, ó 104 páginas bimestralmente (exceptuando el número doble que va de diciembre de 2007 a marzo de 2008), dependiendo de muchas cosas: viñetas, extensión de los textos, la edición que le hacemos a los mismos, talón de suscripción, tamaño de fuente, colgados, etc. Hay que tener en cuenta que son cinco números anuales, por lo que nuestros tiempos de edición son exclusivos para la versión impresa. Armamos un número y ya tenemos encima otro, y otro, es una dinámica de no break, de no descanso: siempre hay que estar al tanto, si es necesario estar en la imprenta a las once de la noche, estamos; los cierres son a morir; es una dinámica en la que nos hemos enfrascado, y nos hemos divertido. Trabajar con Fernando Fernández, Mónica Nepote y Josué Ramírez, me ha dado mucha pila, me prende estar aprendiendo de ellos. Sin embargo no falta mucho para lanzar el proyecto a la blogósfera; de hecho ya armé el espacio en la red; sólo estoy esperando el banderazo inicial. Será un blog que contenga a la revista, a las publicaciones, a los podcast y otras ondas que ya iremos incluyendo.

P. Para quien no lo sepa, háblanos sobre los premios que convoca TA.

R. Anualmente el Programa Cultural Tierra Adentro convoca conjuntamente con distintas instituciones culturales del país a seis premios. El más conocido por todos, que ha superado expectativas y es el mejor y más prestigiado premio tanto en México como en Latinoamericana para jóvenes poetas, es el Premio Nacional de Poesía Joven Elías Nandino; este premio supera por mucho a los cinco restantes en cuanto a poder de convocatoria se refiere, y se hace conjuntamente con la Secretaría de Cultura de Jalisco. Otra premio, pero de reciente manufactura es el Premio Nacional de Poesía Joven Francisco Cervantes Vidal, el cual se realiza de la mano con el Gobierno del Estado de Querétaro, a través del Instituto Queretano de la Cultura y las Artes. Estos dos en cuanto a poesía. El Premio Nacional de Ensayo Joven José Vasconcelos se hace con la Universidad Autónoma Benito Juárez, del Estado de Oaxaca; Para los dramaturgos está el Premio Nacional de Dramaturgia Joven Gerardo Mancebo del Castillo, el cual se convoca junto con el Centro Cultural Helénico. En el área de narrativa está el Premio Binacional de Novela Joven Frontera de Palabras/Border of Words, que se hace con el Centro Cultural Tijuana, además de que es exclusivo para la gente que tiene cercanía a la línea fronteriza del norte de nuestro país y, por último, el Premio Nacional de Cuento Joven Julio Torri, convocado por TA y el Instituto Coahuilense de Cultura. Todos estos premios van a través del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y el Programa Cultural Tierra Adentro.

P. Haz un breve recuento sobre las novedades editoriales, próximas publicaciones de poesía, ensayo, narrativa.

R. En la línea de los premios tenemos el libro de Alejandro Pérez Cervantes, Murania, merecedor del Premio Nacional de Cuento Joven Julio Torri. Es un excelente libro, con un manejo del espacio utópico pero al mismo tiempo real, una línea de construcción que bien puede leerse como novela. El libro Traducción a lengua extraña de Luis Jorge Boone, con el cual ganó el Premio Elías Nandino, en poesía, realmente un trabajo bien hecho el de Jorge, una construcción que habla con los seres queridos y con las cosas, bien vale la pena leerlo. Lodo en tierra santa mereció el Premio Nacional de Novela Joven Frontera de Palabras/Border of Words. Este libro de Albaro (sic) Sandoval es mordaz y agridulce, es desesperanzador en la construcción de sus atmósferas y sus personajes, hay en él un hálito de modernidad, pero que no termina de romper con lo viejo. Otro libro que está en proceso y en la misma línea de los premios es el de Marco Antonio Chavarín, quien ganó este año el José Vasconcelos. Hay una lista de siete títulos más en camino, El círculo de Eranos, de Carlos Reyes, Sus brazos labios en mi boca rodando de Sergio Loo, entre otros, buenas propuestas, arriesgadas sobre todo.

P. Respecto a la producción editorial, ¿van a continuar con las reediciones? ¿Qué títulos están proyectados?

R. Las reediciones tajantemente se han terminado. A mi parecer el primer tiraje de 2000 ejemplares es muy bueno; hay libros que tenemos en bodega y que, sencillamente, no se venden, no hay por qué reeditarlos.

P. ¿Sobre qué gira el próximo número de la revista? Comenta algo del contenido.

R. Se nos viene un muy buen número que va del bimestre de octubre-noviembre. Podrás ver en la portada lo radicales que estamos siendo, pero con un cuidado en donde todo coincide. Invitamos a los lectores a Intervenir la historia: vamos con 8 artistas plásticos sobre ocho fotografías del Archivo Casasola intervenidas; dio un resultado muy interesante, hay unas propuestas bien ácidas, un ojo en los chavos que de verdad sorprende. Esta es nuestra línea, la historia, y como tal, José Mariano Leyva ensaya sobre novela histórica. Ernesto Priego ensaya sobre Blogósfera, y tenemos un texto buenísimo para que, si eres chavo, nunca se te ocurra visitar Campeche, de Rodrigo Solís; además tenemos el Manual del Estencilero, una guía práctica para combatir las calles con aerosol, acompañado de un texto de Roberto Partida quien nos sumerge en la historia del esténcil. Hay crítica: qué onda con Octavio Paz a los veintitrés años; reseñas de libros, del nuevo disco de los Smashing Pumpkins; hay cine, hay televisión con los Simpson, hay, repito: Diversidad. Es un número misceláneo bien distinto a lo que alguna vez se ha visto en TA, me parece que hasta el de José Emilio Pacheco se quedó corto, sólo falta que mires la portada para ver por dónde vamos: el general Zapata no murió en Chinameca, se murió su compadre, porque un día antes recibió un telegrama de su compadre El Árabe, pero murió en Arabia, Zapata se embarcó en Acapulco rumbo a Arabia. Y espérate para el de diciembre, ¡está mejor!

Si los poetas fueran luchadores



Luis Jorge Boone sería Tinieblas. Es un papas fritas, en poco tiempo ha conseguido anotar más goles de los que anotó Hugo Sánchez en su primera temporada en España. Condenado a ocupar la gloria nacional, entre Julio César Chávez y Beto “El Boticario”, Boone permanece en su esquina como el “Gigante sabio”. Y sí, hay que decirlo, es un poeta técnico. No un poeta de los tecnicismos, me refiero a que es un científico. Un oponente de los rudos. No se malinterprete esto, Boone no es un autocomplaciente del cuadrilátero. Recordemos al técnico más rudo de todos los tiempos, El Santo. Al igual que el difunto Rodolfo Guzmán Huerta, Luis Jorge, desde la esquina “del bien” se lanza en tope suicida sobre el poema. Lo golpea con el puño cerrado a la cara y, uno de los movimientos favoritos del enmascarado de plata, le clava el rodillazo en el pecho. La llave más reciente que ha aplicado, la de “a caballo”, le ayudó para ganar el Premio Nacional de Poesía Joven Elías Nandino 2007. La presea más prestigiada que ofrece México a un joven poeta.

Nada más y nada menos que como Tinieblas, decía al principio de esta caída, porque a pesar o gracias a su gran cartel, digno de cualquier coso del Toreo de Cuatro Caminos, se mantiene impasible e imperturbable ante sus cinturones de campeonato. No ha perdido el piso y como El Santo aún taquea de frijoles, come helados Bip’s y paga con pesos. No podría ser de otra forma, pues es un poeta de extracción popular. No importa que su poesía profundice en las tres cuerdas de la era pop, siempre se pone al alcance del público de cualquier arena de lucha libre.
A propósito de su premio sostuvimos una charla con él en los vestidores.

P. Desde tu primer libro, Legión, publicado en el 2003, demostraste ser un autor con aspiraciones profundas. Hoy, parte de esas aspiraciones se han cristalizado con el premio Elías Nandino. ¿Cuál ha sido el tránsito que ha tenido que realizar tu poesía para llegar al punto en que se encuentra en la actualidad?

R. Legión es mi primer libro publicado, pero Galería de armas rotas es el primero que escribí. Ambos son libros de formación, donde era necesario probarme como autor y probar mis herramientas, ante mí mismo sobre todo, conocerme y reconocerme en lo que escribía. Luego vinieron otros dos poemarios, muy distintos entre sí: Material de ciegos y otro más que aún permanece inédito. Para llegar al punto donde está mi escritura actualmente tuve que entusiasmarme con cada texto que escribía, verlo con distancia, inconformarme, y luego seguir buscando maneras de decir lo que intentaba. Esto te lleva a depurar y a encontrar variaciones de tus mismos temas. En verdad siento que Traducción a lengua extraña es un punto de llegada (aunque no sea fácil aclarar con exactitud a dónde llega), me entusiasma pensar que con este libro he alcanzado algo a lo que pretendía llegar desde hace tiempo.

P. Tú carrera literaria ha sido meteórica. En cuatro años has ganado numerosos premios y becas. ¿Te sitúas como parte de un neo-boom de la poesía joven?

R. No. La generación de los setentas, a la que pertenezco, constantemente está poniendo sobre la mesa propuestas interesantes, libros que valen la pena leerse. Pero no creo que especialmente haya habido un repunte en los últimos años al que pueda llamarse un “boom”.

P. ¿Qué tópicos toca Traducción a lengua extraña?

R. La muerte, el lenguaje, el paisaje de Coahuila, ciertos momentos de crisis a los que el hombre se enfrenta, como la enfermedad, la creación, los cambios de una etapa a otra en la vida.


P. Acerca del premio, parece ser que desde que lo ganara Hernán Bravo Varela la calidad de los libros premiados ha disminuido y tiende a ser repetitiva. Hay algunas excepciones como La musa enferma. ¿Consideras que la poesía joven se ha institucionalizado?


R. Coincido contigo en que La musa enferma es un libro destacable en la lista de los ganadores del Elías Nandino. Gran parte de los libros que actualmente se publican surgen de becas, talleres y son premiados en concursos. En un plano ideal, esto no debería afectar para nada a su escritura, pero lo cierto es que sí lo hace. Las instituciones pueden tender a ponderar ciertas poéticas sobre otras, ciertas tradiciones sobre otras, pero lo importante es saber mantenerse en la búsqueda personal, aprender a identificar las dinámicas ajenas y no caer en ellas. Lo que alcanzo a ver es que, aún con la tentación de pertenecer y merecer el cobijo de las instituciones, hay muchos poetas que están apostando por lo suyo, y eso es lo único que vale la pena hacer.

P. ¿Existe un impacto real entre los lectores y tus contemporáneos en la forma en que se percibe la poesía galardonada? Es decir ¿cambia la apreciación de un libro de poesía al presentarse como ganador del premio más importante de poesía joven del país? ¿Es más importante el premio que la poesía misma?


R. Yo pienso que sí hay un cambio en el modo de leer. Un premio nos invita a juzgar más detenidamente una obra, aunque también, dado el aval del que goza, puede permitirnos entrar con más confianza a su lectura, puesto que ya alguien vio virtudes en el libro. En todo caso, no creo que la figura del premio deba estar nunca por sobre la propia poesía. Sería poner el coche delante del caballo.


P. Eres el tercer coahuilense que gana el Elias Nandino. (Los otros dos fueron Ángel Miquel y Marco Antonio Jiménez). Sin duda, tus logros son importantes porque abren espacios para los autores jóvenes del estado de Coahuila.

R. No sé qué tantos espacios abra el hecho de recibir un premio, pero desde que llegué al DF me ha interesado reflexionar acerca de la producción literaria del norte, y específicamente de Coahuila. Así, he escrito textos críticos sobre libros de Julián Herbert y Claudia Luna, entre otros norteños. Ese sí es un espacio que me parece habría que ganarse: ser más visibles, estar expuestos a la lectura y a la crítica.


P. Por tus conquistas, obtenidas en cuatro años, te posicionas a la cabeza de los autores jóvenes coahuilenses. Como referente indispensable de las letras ¿observas un rasgo distintivo, la unificación de un discurso en la literatura que practican los coahuilenses?


R. No. Y eso es lo que más me entusiasma. La diversidad de temas y formas que hay entre la poesía de Marco Antonio Jiménez y la de Carlos Reyes, entre la narrativa de Jesús de León y la de Jaime Muñoz Vargas. Hay un poco de todo en nuestra literatura, esa es la virtud.


P. Además de poeta, ensayas y eres narrador. Comenta algo sobre tus proyectos narrativos.


R. Mi primer libro de cuentos, La noche caníbal, va a salir publicado dentro de poco por el Fondo de Cultura Económica. Ahora estoy trabajando para terminar la que sería mi primera novela. Y después planeo enrolarme en la escritura de una serie de cuentos que llevo cocinando desde el 2005 que terminé La noche…, y que son una indagación sobre temas fantásticos que me interesa visitar.


P. Desde hace más de dos años vives en el D. F. ¿Cómo ha afectado el cambio de residencia a tu poesía?


R. Ahora tengo una distancia con mi paisaje, con mi historia y con mi gente, que nunca antes tuve, y que me invita a continuar con una perspectiva diferente. Alguien me dijo que uno vive en una ciudad, pero escribe desde otra. Yo sigo escribiendo desde Monclova. Aunque ahora pueda acceder a espacios, libros y charlas que nunca hubiera tenido viviendo permaneciendo allá. No sé si mejores o peores, pero otras, en todo caso, y la diversidad es lo que puede proveernos de miradas nuevas hacia nuestro trabajo.


P. Por último, una de cajón. ¿Para cuándo tu blog?


R. Está difícil. Yo todavía necesito escribir cada texto, al menos en una primera versión, en el papel. Prefiero el cuaderno y las libretas, y darle tiempo a las cosas para trabajarlas despacio, para que puedan sorprenderme. El blog me parece demasiado inmediato y rápido para mi forma de trabajar. Por otra parte, casi no leo blogs.


Luis Jorge Boone nació en Monclova, Coahuila, en 1977. Autor de los libros Legión (2003), Galería de armas rotas (2004) y Traducción a lengua extraña (2007). Textos suyos aparecen en antologías de España y México. Becario del FONCA, en Jóvenes Creadores 2004-2005; y de la Fundación para las Letras Mexicanas, generaciones 2005-2006 y 2006-2007. Ha recibido, entre otros reconocimientos, el Premio Nacional de Cuento Inés Arredondo 2005 y el Premio Nacional de Poesía Joven Elías Nandino 2007.