la opinión musical de Litoscar

Thursday, August 17, 2006

She wants revenge


She wants revenge
She wants revenge
Greeffen Records, 2006




Para Óscar David López




Mezcla del David Bowie de Scary Monsters más Joy Division, con tintes de Depeche Mode y afectados en lo ánimico por Placebo, She wants revenge ha conseguido con su primer disco lo que otras agrupaciones no consiguen nunca: convencernos de su honestidad. Aunque las influencias son re-matadas, se aprecia que se han insertado en el vanguardismo posmo debido a su frescura. A pesar de ser una banda que oscurea, existe en ellos una tension dance que los aleja del montón de conjuntos que se erigen en los apóstoles del lamento. Con unas letras que demuestran un maléfico conocimiento de las relaciones de pareja, el techno-rock de Ella busca vengarse es una respuesta a la sobrepoblación indie y al neo-folk que pueblan la escena. Lo que los situa de inmediato justa y dignamente en la tradición de los grupos arriba mencionados y se confirman como la propuesta más emotiva del último lustro, no obstante lo que toman prestado –y no lo regresan- a la estética ochentena, demuestran una descarga de recursos propios y una personalísima visión de uno de los más acentuados males de nuestro tiempo: el invariable fracaso de las relaciones humanas. La decisión de producirse ellos mismos no pudo ser más acertada, pues les dio el control total del proyecto. Los doce cortes que conforman el álbum reconstruyen también otro aspecto del que carecen las bandas actuales: el sentido de unidad. Sin ser un disco conceptual al terminar de oírlo da la sensación de que ha terminado el recorrido, un viaje en el que destacan las estaciones Out of control, Broken promises for broken hearts y Tear you apart. El disco del año.